El Día Internacional del Orgullo LGBT+ se celebra cada 28 de junio y su origen se remonta a los disturbios de Stonewall en Nueva York durante 1969, un acontecimiento que marcó el inicio de las exigencias por los derechos de la comunidad.
Resulta que la madrugada del 28 de junio de 1969, policías de Nueva York encaminaron una operación autoritaria dentro del establecimiento nocturno del bar Stonewall, ubicado en Greenwich Village, tratando de ejercer su poder sobre individuos de la comunidad LGBT+, que comprende jóvenes homosexuales, lesbianas, transexuales y drag queens. Quienes tras una recurrente opresión y hostigamiento por parte de los cuerpos policiales, decidieron no tolerar más dichos abusos y acorralaron a los uniformados, poniendo por primera vez en su lugar a los recurrentes ataques.
Dicha acción representó una acción histórica que marcaría el antes y el después de los avances que actualmente ha cambiado la forma de vivir de millones de personas, pues anteriormente, a finales de los años 60, la homosexualidad era considerada una enfermedad y la práctica del sexo gay era ilegal en todo Estados Unidos, a excepción de Illinois. La vida para la comunidad estaba demasiado restringida, la gente no podía salir o vivir su vida de manera libre, porque no existía ninguna ley que los protegiera, incluso el acoso en las calles por los ciudadanos y la policía era algo rutinario.
Las marchas del Orgullo Gay comenzaron a gestarse en 1970 en Nueva York y Los Ángeles, generando que poco a poco, se fueran uniendo más ciudades de todo el mundo para exigir a los gobiernos de cada entidad federativa velar por los derechos de la comunidad al estar más vulnerables por el resto de la población.
Uno de los desfiles más desoladores fue el que se realizó en 2016, ya que días antes se cometió una masacre en el club de ambiente gay Pulse en Orlando, arrojando una cifra de 50 muertos. A lo largo del tiempo se sigue reprochando la homofobia, que día a día sigue cobrando víctimas.
Algo curioso es que en 2016, Barack Obama, presidente en aquél entonces de Estados Unidos, convirtió el Bar Stonewall Inn en un monumento histórico, siendo éste el primero en su especie en ser reconocido por la lucha del colectivo. “La gente se cansó de ser perseguida y el movimiento se convirtió en parte esencial de Estados Unidos”, declaró en ese año Obama.