El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se abrirán y desclasificarán todos los archivos de lo que fue el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) para que los ciudadanos tengan acceso a la información sobre el espionaje político que por décadas se llevó a cabo en contra de la oposición en el país.
Durante su conferencia matutina de ayer, reiteró que en su gobierno jamás se volverá a espiar a nadie e incluso se buscará un mecanismo para garantizar a la sociedad que esos actos propios de gobiernos “autoritarios y fascistoides” no se repetirán. Parte de ello, consideró, podría ser que organismos internacionales certifiquen que el gobierno mexicano no interfiere las comunicaciones ni vulnera la intimidad de políticos, defensores de derechos humanos, periodistas, luchadores sociales, “ni de nadie”,
“Sería un acto de traición a nosotros mismos, que fuimos siempre espiados, hacer lo mismo” que los gobiernos del pasado, recalcó, y esbozó la posibilidad de crear “una especie de hemeroteca con toda esa podredumbre, con toda esa vergüenza donde estén todos los archivos, desde la guerra sucia de los 70, el movimiento estudiantil del 68, todo hasta la fecha, para que se pueda consultar y de ser posible subirlo a redes”.
Estará muy al pendiente, externó, de que se cumpla con ello, ya que a pesar de que algunos funcionarios y abogados digan que no se puede, “que deben testarse algunos archivos, que hay que borrar nombres”, él no está de acuerdo.
“Pienso que el archivo político, que tiene que ver con oposición, persecución, con actos de violación de derechos humanos por parte del Estado, debe transparentarse por completo”, señaló.
A pregunta expresa, el Presidente comentó que no conoce los expedientes del espionaje telefónico del que fue objeto él y su familia durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, ni se preocupó por buscarlos.
Asumió, dijo, que desde hace 40 años ha sido espiado, ya que fue una práctica común en administraciones pasadas, y el único archivo que tiene en su poder es el que estaba en el Cisen, del que ya ha hablado y que contiene informes de Guillermo Nazar Haro, entonces responsable de la Dirección Federal de Seguridad, sobre su actividad como luchador social.
López Obrador explicó que decidió eliminar el Cisen y el Estado Mayor Presidencial porque, “además de costosísimos”, permitían prácticas de persecución y tortura.
Respecto al caso del espionaje que se llevó a cabo en el sexenio de Enrique Peña Nieto a través del software israelí Pegasus, informó que las secretarías de Gobernación y Seguridad Pública encontraron contratos relacionados con la adquisición de ese sistema y un día antes los entregaron a la Fiscalía General de la República (FGR), responsable de la investigación.
Los contratos del Cisen, la Policía Federal y la extinta Procuraduría General de la Repúbica (PGR) no fueron firmados directamente con la empresa que operaba Pegasus, sino con compañías que servían como intermediarias, detalló, y sin dudar precisó que confía en el fiscal Alejandro Gertz Manero para fincar responsabilidades en ese caso de espionaje político.
Durante la conferencia, López Obrador fue interrogado sobre la investigación que la FGR abrió en contra de Isabel Miranda de Wallace por tortura y falsedad de pruebas y las demandas de las víctimas de la misma, que aún están en prisión, para que se haga justicia. Respondió que los que están a cargo de ese tipo de casos son la secretaria y el subsecretario de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y Alejandro Encinas, quienes darán un informe al respecto la próxima semana.
(Nota de La Jornada)