El gobierno alemán no rechazaría de entrada las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas en Rusia y China, siempre y cuando sean certificadas como “seguras y efectivas” y autorizadas para su empleo en la Unión Europea (UE).
El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, aseguró este lunes al ser preguntado al respecto en rueda de prensa que Berlín celebraría la llegada de una nueva vacuna “segura y efectiva” contra el coronavirus, “independientemente” de dónde se elabore y produzca.
La “única condición”, agregó, es que la debe certificar la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y ser autorizada para su empleo en la UE por la Comisión Europea (CE).
Si la vacuna rusa o cualquier otra cumple ese proceso y se demuestra su seguridad y efectividad, entonces se puede emplear en Alemania o en cualquier otro país de la UE”, afirmó Seibert.
Los fabricantes de la vacuna rusa Sputnik V ya han solicitado certificación a la EMA. Por el momento no se ha informado de que las dos vacunas producidas en China contra el COVID-19 hayan iniciado este proceso.
La cuestión se ha suscitado después de que algunos socios europeos cuestionasen la pertinencia de autorizar la vacuna rusa por motivos más allá de lo estrictamente sanitario y se desatase un debate en el bloque al respecto.
La primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, aseguró la semana pasada que su país no inmunizará a sus ciudadanos contra el COVID-19 con la vacuna Sputnik V por considerar la oferta de Moscú forma parte de un “juego geopolítico”.
El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, expresó durante su reciente visita a Moscu su confianza en que la vacuna rusa obtenga luz verde en la Unión.
Espero que ahora la EMA pueda certificar la eficacia de esta vacuna para su uso también en los países miembros de la UE. Sería una buena noticia porque, como saben, nos enfrentamos a una escasez de vacunas y si hay otra fuente de suministro (sería) bienvenido”, afirmó.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvieron una conversación telefónica en la que se exploró la posibilidad de una cooperación en este ámbito, desde apoyo técnico para facilitar la certificación a la producción conjunta.
Un estudio recientemente publicado en la revista especializada “The Lancet” le daba una efectividad similar a la de otras ya empleadas en la UE.
Con información de EFE